Todo empezó como un juego. Como siempre empiezan estas cosas. Un grupo de chalaos por la música, los deportes y las mujeres se enzarzan en discusiones bizantinas sobre canciones, sistemas de votación, ordenación, y todas esas fruslerías. Una buena excusa para repasar algunas de las mejores canciones internacional de todos los tiempos . Una lista que, como todas, es subjetiva y sobre la que no se ponen de acuerdo ni siquiera los individuos que la perpetraron...

viernes, 4 de diciembre de 2009

24 - "Mercy Mercy Me", Marvin Gaye

  • álbum: What’s going on
  • año: 1971
  • sello: Tamla

  • "Mercy Mercy Me / Things ain’t what they used to be"

El otro día estuve en una ponencia sobre marketing. Es impresionante cuánto se puede hablar de vender sin necesidad de mencionar el producto a comercializar. Al final dijeron algo interesante. Algo así como: “El objetivo es fidelizar a tus clientes, y para ello, tienes que conseguir que lleguen a amarte”. Curiosa afirmación en pleno año 2009. Hace 4 décadas, Berry Gordy, capo de la Motown, dijo que soñaba con que sus discos fuesen “música que alcance los corazones, las almas, y las billeteras de todas las personas”. La cuestión es que este mismo visionario del marketing (¿?¿?) estuvo a punto de negarse a grabar el que a la postre ha sido el disco que mejor representó este sueño. “What’s going on” hablaba de guerras, de ecología, de problemas sociales, y pensó que eso no le importaría a nadie. Pero no tuvo en cuenta el mensajero de que disponía para tal arenga.

No cabe duda que lo que se menciona en “Mercy Mercy Me” (subtitulada, “The ecology”) tiene una actualidad apabullante. Pero hay algo en los constantes mensajes ecologistas que últimamente inundan no solo el televisor, sino también la música (ese buenrollismo ilustrado) y el cine (numerosos documentales últimamente se han estrenado en la gran pantalla referentes al deterioro del planeta, y el desarrollo insostenible que la población mundial está llevando a cabo) que hace que no funcionen tal y como deberían. Parecen una cuota, impresionante y epatante en algunos casos, sí, pero acaban convirtiéndose en una dosis de concienciación que sus espectadores acaban percibiendo con cierta distancia: como si las ballenas fueran algo que solo se puede ver gracias a las nuevas tecnologías, como si ellos no fueran los que dirigen las compañías multinacionales, como si África fuese un universo paralelo a miles de kilómetros de distancia o el ozono algo incomprensible relacionado con la química.

Aquí, más allá de la letra, más allá de esa proclama racionalizada, el que llega al fondo, el que hace amar al mensajero, el verdadero vehículo que transmite la esencia de tan incómoda verdad, es la música. La grandeza de la música de Gaye, esa que desde entonces siempre estuvo manchada por la tragedia, es la intimidad que despide, ese acercamiento al oyente que parece que te abraza, que te susurra, con la mezcla de melancolía, energía, fuerza y candor que tan solo los más grandes del soul pueden transmitir. Y entonces, la primera vez que escuché esta canción, es cuando sentí cada pelo de mi cuerpo como un árbol, un jardín en cada poro, cada curva como un accidente orográfico, el calor que hay dentro de él, y me sentí ajado, herido por el paso del tiempo, por mi propio entorno, por todo lo agresivo que me rodea. Una mezcla de felicidad por estar vivo y de amargura de verme morir. No, las cosas ya no son lo que eran. Ya no veo el mundo tamizado de miles de colores, la esperanza ya no brilla con la misma intensidad, el sentimiento de soledad crece cuando la ciudad en la que vivo cada vez cuenta con más habitantes. Al menos, en estos momentos, hay una certeza que enciende mi trémulo corazón: te quiero, Marvin.

Autor: Jesús Sáez

Más información: Marvin Gaye en la wikipedia

Mp3: Marvin Gaye

Youtube: No se permite la incrustación.

http://www.youtube.com/watch?v=U9BA6fFGMjI

1 comentario:

オテモヤン dijo...
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